Este Capriccio per violino solo MS 54 debe considerarse como parte del grupo de dedicatorias musicales cortas que Paganini solía regalar a amigos, colegas y las personalidades que conoció durante sus viajes. Fechada en 1828, dedicada al conde Maurizio Dietrichstein, es una obra verdaderamente única, no solo por la forma en que se organiza la música (anotada en cuatro pentagramas, uno para cada cuerda) sino también por la forma en que fue concebida musicalmente. El concepto de polifonía se lleva a un nivel extremo, al menos en términos conceptuales y visuales, en esta composición. Su breve estructura recuerda a una especie de coral de cuatro partes escrito en partitura. Se caracteriza por su estilo de escritura lírico y elegante, donde las cuatro voces se mueven de manera polifónica, dando lugar a una textura armónica extremadamente refinada. Esta edición crítica se basa en el manuscrito conservado en la Österreichische Nationalbibliothek de Viena en comparación con las ediciones modernas.