Un pequeño monstruo muy simpático de manejar (+1 por el manual súper bien diseñado que te guía paso a paso en una secuencia para entender el impacto de cada elemento en el sonido que sale del aparato), al principio lamentaba el límite de 8 pasos pero con el uso, aumentar a 16 habría dificultado la manipulación. Suena, escupe, golpea, pero nunca es desagradable y se pueden obtener campanas bonitas, etéreas y suaves si sabes cómo hablarle. Cabe destacar que en una configuración semi-modular, un cuantizador de CV funcionará muy bien con el DFAM transformando los potenciómetros continuos en diferentes escalas y abrirá posibilidades más melódicas. En cualquier caso, como se ha dicho: no es realmente una caja de ritmos, ni un sintetizador clásico, sino un interesante punto intermedio que aportará algo totalmente nuevo a tu setup.
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Posted on 12 Jun 2020
By Leverger Paul