3 o 4 pagos sin intereses desde 69 € (4 pagos con Paypal)
2 millones de artículos
en stock
3 años de garantía
Entrega gratuita
a partir de 199€ de compra
30 días de garantía
de devolución del dinero
Descripción
He compuesto esta Sonata para violín solo Op.16, entre octubre de 2021 y mayo de 2022, para tres violinistas que admiro y que tienen una gran importancia para mí. El primer movimiento, dedicado a Jacques Ghestem, se inspira en una sensación de libertad y un aliento espontáneo que sentí al tocar Rhapsodie Musings de Elliott Carter, extraído de los Four Lauds para violín solo. Jacques Ghestem, comprometido a lo largo de su vida en la promoción de la música contemporánea, me transmitió desde mis diez años (a través de largas conversaciones, pero también mediante su pedagogía) su visión de la música y su gusto por la música de nuestro tiempo, compartiendo conmigo su universo interior lleno de recuerdos y creación musical. Por ello, fue muy natural componer para él este primer movimiento, cuyas especificidades armónicas e instrumentales fueron imaginadas para su destinatario. El segundo movimiento está compuesto para David Grimal, violinista al que siempre he admirado desde mi infancia. Su originalidad, su libertad, sus interpretaciones apasionadas en el escenario continuaron emocionándome e inspirándome cuando participé como violinista en su orquesta Les Dissonances. Fue durante su interpretación de L'Aurore, extraída de la quinta Sonata para violín solo de Ysaye, que ofreció en la Philharmonie de París en enero de 2022, cuando tuve la idea de componer para él este movimiento lento, suspendido y rapsódico. El final está dedicado a la violinista Sarah Nemtanu, a quien conocí por primera vez en septiembre de 2021 en Radio France, donde ella grababa mi Divertimento Op.15 con tres de sus colegas de la Orquesta Nacional de Francia. Este encuentro fulgurante de un día, musical y humano, fue una verdadera luz en ese día de septiembre, un intercambio de una visión de la vida y de la música, donde yo me acercaba a ella a través de mi escritura, mientras ella se acercaba a mí con su interpretación. Símbolo para mí de amistad y estima, mi Sonata para violín solo fue inspirada durante toda la composición por estos tres dedicatarios benevolentes e iluminadores, que guiaron mi camino y supieron aportar una luz en mi vida como artista intérprete y compositora.