Este es mi primer micrófono "semi-pro" para mi estudio en casa, aquí están mis primeras impresiones después de un mes de uso. El sonido del producto está a la altura de las expectativas, vendido como un producto extremadamente volátil, lo demuestra en cada sesión: grabaciones de voz (broadcast+canto) y algunas tomas de guitarra acústica, el sonido es rico y preciso y los diferentes "modos" que no son filtros sino circuitos independientes dan carácter cuando quieres pasar del broadcast a tomas de voz más "brillantes" (de D a V1) sin deformar la curva de frecuencias. Es muy agradable notar que el micrófono requiere poco (o nada) de mezcla en postproducción, el sonido de salida es directamente utilizable. Difícil comparar 48V con pasivo con buena ganancia (de la tarjeta de sonido o software) pero es cómodo no tener que subir los controles y solo disfrutar del sonido potente entregado en alimentación phantom. El punto débil sigue siendo el shockmount, el soporte de plástico "revolucionario" que se engancha solo en el extremo del micrófono. Este último parece menos incierto de lo que se critica en pruebas y opiniones: el micrófono se mueve pero el soporte parece robusto. El sonido es ligeramente nasal (especialmente en pasivo) pero el modo phantom y un poco de distancia atenúan este efecto característico - en cualquier caso - al dinámico. En resumen, a este precio obtienes lo que pagas, un micrófono que vale 4, capaz de grabar casi cualquier cosa. Te ahorra los innumerables accesorios y postmezclas necesarias para la simple "explotación" del SM7B y te ofrece un sonido muy correcto y agradable para bocetos o incluso, quién sabe, proyectos completos. ¡Lo apruebo!