Un sordina para contrabajo que cumple perfectamente su función: amortiguar el sonido. Evidentemente, el timbre no es tan redondo como sin ella, pero para practicar por la noche es totalmente adecuado (de noche, el volumen sigue siendo justo). Nada que ver con las sordinas de orquesta, casi ineficaces en nuestro gran instrumento). Solo una queja: como se ve en la foto, la sordina se ensucia muy rápido y no es un "negro azabache perfecto."

La herramienta indispensable cuando los vecinos no son melómanos... ¡¡¡súper eficaz!!!